El asco es una emoción básica que aparece cuando algo nos resulta desagradable, repulsivo o nos incomoda. Puede estar relacionado con los sentidos (un olor, un sabor, una imagen), pero también con situaciones injustas o dañinas que rechazamos. Aunque no nos guste sentirlo, esta emoción es necesaria: nos protege de lo que puede ser dañino (comida en mal estado, olores fuertes, situaciones negativas) y nos ayuda a marcar límites con lo que no queremos aceptar. Se nota en nuestro cuerpo con expresiones muy claras: apartamos la cara, fruncimos la nariz, decimos “¡puaj!”. Aunque no siempre nos gusta sentirla, es una emoción muy útil que nos enseña a poner límites.
Para trabajar esta emoción, hemos seleccionado cuatro piezas musicales:
● “Qué asco” – Dubbi Kids: juega con lo desagradable desde el humor, ayudándonos a reconocer y nombrar aquello que no nos gusta. Una canción divertida que permite trabajar la emoción desde el humor, mostrando que se puede hablar de lo desagradable sin miedo.
● “Las moscas” – Joan Manuel Serrat: transforma en poesía y música la molestia que generan las moscas, un ejemplo de cómo el arte da sentido a lo incómodo. Una mirada poética a algo que suele molestarnos.
● “Los fósiles” – Camille Saint-Saëns: Música inquietante, a medio camino entre lo cómico y lo tétrico, que despierta tanto rechazo como risa.
● “La costa de Galicia” – Carlos Núñez: una pieza que refleja la grandeza y fuerza del mar, bello y a la vez imponente, recordándonos que lo que nos atrae también puede inspirar respeto o rechazo. A pesar de la belleza de la costa de Galicia, las olas violentas, los acantilados escarpados o el viento intenso pueden generar sensación de incomodidad o rechazo ante algo que nos parece agresivo, amenazante y de lo que no estamos acostumbrados a ver. Esto ayuda a explicar que a veces sentimos rechazo ante lo nuevo o lo diferente.

